Surfea este Verano

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Aunque el surf puede parecer un deporte para chavales, y lo es, también es una actividad que puede ser abordada a cualquier edad y con unos resultados fantásticos en poco tiempo y unos beneficios para la salud que pocos deportes igualan. Damián Freeman, gerente de la escuela y surf house La Curva de Ribamontán al Mar (Somo) nos asegura que nos convierte en surfistas exprés en poco tiempo: “Yo te garantizo que a una persona que nunca ha surfeado le convertimos en surfista autónomo en 10 días”. Y si la mejor época para surfear es el otoño, la mejor estación para empezar es el verano. No lo dudes, la ocasión la pintan calva.

Si todavía no has planeado tus vacaciones puedes consultar el cuadro en artículo de destinos para surfear. Una vez en el sitio debes ir es ir a una escuela de surf y contratar un curso. La alternativa es tomar prestada la tabla de tu primo e intentar pillar olas como Dios te dio a entender. No es recomendable por infinidad de motivos. A bote pronto lo que un monitor de surf te puede enseñar en 10 minutos una mañana, puede que te lleve toda la semana aprender, si no más, si vas de autodidacta. Lo sé por experiencia, me pase todo un verano en las playas de San Vicente de la Barquera luchando con una tabla minúscula Round Tail con la estabilidad de un canguro epiléptico y no conseguí hacerme con el surf. Nulo conocimiento, mala equipación, carente de técnica. Y aunque también es la forma en la que empezaron los pioneros del surf, no es la aconsejable.

Además de los conceptos técnicos, la seguridad es algo que te va a garantizar un club de surf, eligiendo los “spots” en las condiciones aceptables y las olas adecuadas, dotando de las tablas correctas para iniciarse e instruyendo sobre las reglas y protocolo de la actividad del surf. Si aun así eres de los que tocan de oído, no se dejan aconsejar y decides ir por libre con tu tabla, respetar esto último, las reglas de surf, es importante.


10 Beneficios del Surf

[1] El surf es uno de los mejores ejercicios que he realizado. Fortalece toda la musculatura, sobre todo torso y brazos, cuando se rema, que es la mayor parte del tiempo. Una vez que se coge la ola, el tronco y las piernas realizan mucho trabajo.

[2] Mejora el equilibrio y la coordinación general. Sincronizarse con una ola, ponerse de pie y “cabalgar la ola” requiere de acciones del cuerpo muy coordinadas y de mucho equilibrio. Y eso sin tener en cuenta los trucos que suelen realizar los surfistas más avanzados.

[3] No es un deporte de gran impacto, las articulaciones no percuten como cuando se corre. Cierto que hay muchas caídas, pero son al agua. Si uno no se deja caer de pie de la tabla, lo que se aconseja evitar insistentemente por los instructores, es difícil hacerse daño en este aspecto.

[4] El umbral de sufrimiento alto. La mente se concentra tanto en el deporte y la diversión que se olvida del esfuerzo físico. Esto hace que una sesión de surf sea más productiva que una en el gimnasio.

[5] El cuerpo se beneficia de los minerales disueltos en el agua como yodo, calcio, fósforo, potasio o magnesio, igual que una sesión de talasoterapia.

[6] El surf libera tantas endorfinas, que al final de una jornada uno se siente eufórico. Los surfistas anglosajones llaman a esta sensación “stoke”.

[7] Cuando uno se encuentra en la línea esperando olas, no piensa en otra cosa, está viviendo el momento completamente relajado. Es una actividad outdoor fantástica para desestresarse y desconectar de los problemas cotidianos.

[8] Puede aprenderse y practicarse al ritmo individual. Siempre es solo uno con el mar. No hay nada más que la necesidad y circunstancias propias. No hay urgencias, ni prisas, ni presiones.

[9] En su libro “Blue Mind” el biólogo Wallace J.Nichols describe, basándose en evidencias científicas, que cuando uno está en el mar, el cerebro entra en un estado “levemente meditativo, caracterizado por la calma, la paz, unidad y la sensación general de satisfacción”.

[10] Con el surf se entra en una comunidad donde se conoce mucha gente. Se forma parte de una cultura y un ambiente donde la amabilidad y la unión es la norma.


España no es como en Malibu, al menos no como el que nos muestran en las películas, que parece tomada por bandas de surfistas cachas, mal encarados y ásperos con los foráneos, los surfistas paisanos son muy amables, pero las olas son un recurso escaso y la observación del derecho de uso es primordial. Si vas a una playa donde se practica surf regularmente, pregunta a los salvavidas sobre donde hacer surf (según tu nivel) y que zonas están acotadas. Si no hay salvavidas, observa durante 10 minutos la evolución de los surfistas residentes. 

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